Fe y resiliencia
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¿Cuál es la relación entre la fe y la resiliencia?, ¿Cómo la fe y la resiliencia van de la mano?, ¿Cómo la una es necesaria para desarrollar a la otra, y a su vez se retroalimentan? Para poder entender el valor de la fe y su relación con la resiliencia, vamos a definir cada uno de estos términos de manera individual, y luego vamos a unirlos.
Esto es sumamente profundo, y emocionante, pero pienso que es imprescindible para nuestras vidas. No solo como cristianos, sino de manera general. La resiliencia es necesaria, es importante, es una pieza clave en la salud no solo mental, sino también física, social y aun espiritual. Hay estudios que han encontrado que la mente resiliente:
Protege contra trastornos mentales.
Ayuda a manejar los niveles de estrés.
Es de beneficio para personas con artritis reumatoide y otras enfermedades crónicas.
Esta relacionada a mejor calidad de vida para personas con desordenes inmunológicos. Y que la baja resiliencia empeora la enfermedad.
Se relaciona a niveles mas bajos en A1C para personas con diabetes tipo 2.
Al igual que beneficios positivos para aquellos con psoriasis, problemas digestivos, y aun cáncer.
En pocas palabras, la resiliencia es benéfica para cada área de nuestras vidas. Pero para desarrollar una resiliencia poderosa, que se mantenga ágil y en desarrollo en cada área de nuestras vidas, necesitamos unirla a la fe. Una fe verdadera, una fe evidencial, basada en un conocimiento que nos lleva a creer y como resultado a actuar, comportarnos y ser.
En la biblia la fe se define como una convicción, una confianza, fidelidad, creencia. En griego la palabra que se usa es ‘pistis’, que significa lo que hemos mencionado anteriormente. La fe bíblica, la verdadera fe:
es una fuerza,
un poder que siempre es otorgado por Dios a los seres humanos.
La fe es fuerza para poder unir nuestras circunstancias presentes a la visión del futuro.
La fe se basa en poder, porque ella en si da fortaleza, sin embargo, no esta basada en un poder finito, sino en un poder más grande que el ser humano, en el poder del creador.
La verdadera fe hace que nuestra mente pueda ver lo que aún no es, como si ya fuera, porque confía en la fortaleza y poder creador de aquel que llamo lo que es, de lo que no se veía.
La fe verdadera, crece con relación a la cercanía que tiene la mente con la fuente de poder.
No se basa en emociones, sino en una relación que se forma por las evidencias presentadas.
Nadie conoce a otra persona de manera completa, sin conocer las evidencias de quien la persona es. En realidad, cuando decimos evidencias, estamos refiriéndonos a los rasgos de carácter, las acciones, el comportamiento, las actitudes y la manera en que se presenta la persona.
Dios es un Dios personal que ha dado más que suficiente información para que podamos conocer quien Él es. No de manera grupal, no de manera religiosa, sino de manera individual y personal. Pero ¿porque necesitamos tener una relación personal con Dios, individual y basada en evidencias? ¿Cuál es la razón por la cual la fe necesita ser desarrollada de manera personal? ¿Que tiene que ver la fortaleza que viene de conocer a Dios y que llamamos fe, con nuestra vida mental, mas aun, con nuestra resiliencia?
Y aquí comienza lo bueno… En Efesios 6:10-18 Pablo habla sobre lo que se conoce como la armadura del cristiano. Pero me gustaría enfocarme en la primera parte del versículo, y al llamado que Pablo hace. Luego, vamos a ver una de las partes de la armadura y entonces uniremos la fe con la resiliencia, que es nuestro objetivo el día de hoy.
Dice Pablo en Efesios 6:10 “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza”. Pablo comienza su llamado a usar la armadura con una frase interesante, ‘fortaleceos en el Señor’. Esta frase en el griego es, ‘endunamoo’, que significa:
empoderar,
llenar de poder,
hacer fuerte,
impartir habilidad o hacer hábil,
acrecentar en fortaleza.
Pablo esta diciendo, “manténganse creciendo en fuerza en el Señor, en la fuente de su fortaleza, porque la fortaleza no viene de ustedes, sino del poder de la fuerza del creador. Usen las siguientes herramientas para poder mantenerse firmes, porque el enemigo lo que esta buscando, su trabajo es derrumbarlos a ustedes para tratar de demostrarle al mundo un dios débil y sin fuerza. Entonces, no sean victimas a las tramas del enemigo, usen estos secretos claves para poder mantenerse fuertes”. Y entonces comienza a decir las herramientas que componen la armadura del verdadero cristiano.
Cada una de las herramientas es un mundo para entender todo lo que Pablo quería decir, sin embargo, nos interesa una de las partes de esta armadura. El escudo. El escudo del que habla Pablo es el de una infantería Romana que se usaba para proteger todo el cuerpo. Tenían aproximadamente cuatro pies de alto y dos pies y medio de ancho y estaban construidos con cuero estirado sobre madera, reforzado con metal en la parte superior e inferior. El cuero de la parte delantera a menudo se empapaba en agua, lo que de inmediato apagaba las flechas en llamas.


Pablo dice, que la fe es el escudo para proteger los dardos de fuego que nos son lanzados. La fe, la confianza, la certidumbre en el poder de quien esta en nuestro lado, es lo que nos mantiene firme. Es lo que mantiene las flechas del enemigo fuera de nosotros, y nos protege.
El escudo se utilizaba en medio de la pelea, en medio del dolor de las tropas y su sufrimiento. El escudo se utilizaba para cuidarse contra el enemigo, y ayudar a los heridos quienes habían perdido sus escudos. Lo mismo se puede decir de la fe, la fe no siempre te saca del problema. La fe a menudo te ayuda a resolver el problema. La fe no siempre quita el dolor. La fe te da la capacidad de manejar el dolor. La fe no te saca de la tormenta. La fe te calma en medio de la tormenta. Al igual que el escudo la fe te mantiene fuerte, en pie, firme, en medio de la lucha. No es un escape al dolor, es una manera de soportarlo y mantenerte de pie hasta que llegue la victoria. Una victoria que esta asegurada porque conoces quien dirige tu ejercito.